lunes, 4 de agosto de 2008

Oda a los opas

Salta, poético vergel
por su clima tropical
ha sido siempre especial
en dar opas a granel.

Gliseldo, Aujero, Bombilla
Herodes, Panta, Escamayo,
Quitupí, Coto-Zapallo
Tres-tres, y Pata Amarilla.

Han sido opas que se fueron
de este mundo engañador;
opas querido lector,
que su destino cumplieron.

Fueron por gracia especial
hacia el limbo destinados
donde esperan resignados
el día del Juicio Final.

El Tigrero se ha muerto Ataranta
cuya fama nadie resta,
dejando triste la fiesta
que se hace en Semana Santa.

Hubo opa en Salta, auxilio
que gran servicio prestaba,
era el Opa que cazaba
los tigres a domicilio.

Había el opa Aguatero,
el opa Carro y también
se encontraba el “opa bien”
es decir el opa casero…


Nicolás López Isasmendi (fragmento)

Poeta salteño que causó gran estupor en algunos círculos de “la sociedad y el clero” con su trabajo “Oda a los opas”. El Tribuno publicó por tres días consecutivos estrofas de dicho trabajo.

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